Otros Métodos De Depilación Diferentes Al Láser
La depilación láser es hoy, sin duda, la técnica más eficaz para eliminar el vello de forma duradera. Pero no siempre hemos contado con ella.
A partir del momento en que el vello empezó a considerarse como algo antiestético para la sociedad, han sido muchos los métodos que se han utilizado, con diferentes grados de eficacia.
Desde los métodos más antiguos de depilación con miel, hasta técnicas más modernas de última generación como la electrolisis, se ha probado casi todo para intentar erradicar este problema, que afecta en todo el mundo a miles de personas, tanto a hombres como a mujeres.
Destacan, entre todos estos métodos, por ser los más utilizados, los siguientes:
Cremas depilatorias:
Es un método de fácil aplicación y relativamente barato, que consiste en la acción de componentes químicos sobre el vello del área deseada. Es indolora y se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, salvo en zonas delicadas, como los genitales y áreas cercanas a los ojos; ya que al tratarse de cremas fabricadas con compuestos químicos altamente agresivos, puede provocar irritación en la piel.
Al igual que la depilación con cuchilla corta el pelo, no eliminándolo de raíz, por lo que no es duradera. Es más lento que depilarse con cuchilla, ya que hay que esperar unos minutos tras su aplicación para que reaccionen los productos con el pelo. Es muy importante prestar especial atención al tiempo que permanece la crema en contacto con la piel porque si lo sobrepasamos, puede provocar rojeces e irritación.
Maquinillas de afeitar o cuchillas:
Aunque originalmente fueron creadas para el afeitado del hombre, hoy en día se han diseñado modelos adaptados para la depilación femenina, que tienen en cuenta las diferencias sustanciales que existen entre la piel de la mujer y del hombre.
Es un método rápido y fácil, que parece no tener contraindicación ninguna sobre la piel, ya que al rasurarla ésta se exfolia, creando una agradable sensación al tacto, de suavidad. Sin embargo, es agresiva, ya que reseca y a veces puede producir cortes. El pelo no se arranca de raíz, con lo que éste reaparece rápidamente, más fuerte y oscuro, aunque no en mayor cantidad, como erróneamente se cree. Es un método apto para personas con poco vello o que les tarda mucho en salir.
Aunque no es un método recomendable para usarlo de forma habitual, es una opción para emergencias.
Pinzas:
Es un instrumento viejo y eficaz, porque arranca el pelo de raíz. También el más barato, pues puedes utilizar la misma pinza durante años. Al ser un método que extrae el vello de raíz, éste vuelve a salir más fino, tardando también más en aparecer.
Sin embargo, no es un método práctico, porque tienes que ir pelo a pelo, por lo que es lento, doloroso, y requiere mucha paciencia. Es efectivo para las cejas y otras áreas faciales, aunque como es lógico, no sirve para depilar grandes áreas.
Cera:
La depilación con cera es uno de los métodos preferidos por su efectividad.
Aunque se puede realizar en casa por uno mismo, es una técnica que requiere práctica, por lo que muchas personas acuden a centros de estética para este tratamiento.
Este método de depilación puede cubrir grandes áreas y sus resultados pueden durar hasta un mes e incluso dos.
Hay varios tipos de cera en función de sus características; algunas de ellas diseñadas también para pieles sensibles. Podemos clasificarlas en dos grandes grupos: cera caliente y cera fría o tibia.
La cera caliente es más efectiva que la fría. Es la que se utiliza en los centros especializados de estética, pues su manipulación requiere más experiencia, al tener que estar el producto a una temperatura específica para poder ser aplicada de forma efectiva y sin riesgo de quemaduras. Es más cara, por lo que la mayoría de personas que se depilan en su casa optan por la cera fría. Se trata también de un método muy eficaz y duradero, aunque igualmente doloroso ya que arranca el vello de raíz. Está recomendado para personas con problemas circulatorios, pues este tipo de cera se presenta en bandas que no requieren ser calentadas.
Decoloración:
Aunque realmente no puede considerarse como un método de depilación en sentido estricto, ya que no elimina el vello, sí que es una alternativa para ciertas zonas sensibles donde la depilación podría ser peligrosa, como el rostro y el cuello, o donde el vello no es abundante como pueden ser los brazos.
Se trata de un método que esconde el vello, oxidando la melanina del pelo. Sus efectos son más visibles y efectivos si el vello es fino y no abundante.
Depilación eléctrica o electrólisis:
En sus inicios, la electrólisis no fue creada con fines estéticos, sino que nació para resolver problemas en el campo de la oftalmología, concretamente para evitar que los pelos de las pestañas crecieran hacía dentro. Elimina el vello de forma permanente, ya que una vez que el folículo ha sido destruido no vuelve a generar un nuevo pelo jamás. Es apto para cualquier tipo de vello, incluso los que son muy claros.
La depilación eléctrica no tiene efectos secundarios si está bien realizada. Si la persona que la realiza no es experta, puede producir cicatrices en la piel. La zona se puede enrojecer un poco después de cada sesión pero este efecto desaparece a los pocos minutos.
Los inconvenientes que encontramos en esta forma de depilación es que es cara, dolorosa, y lenta, y para que sus resultados sean óptimos se necesitan muchas sesiones para acabar con todo el vello, ya que consiste en atacar el pelo uno a uno, con una aguja que se introduce bajo la piel y que destruye el folículo mediante una descarga. Es un tratamiento algo limitado ya que al ser tan lento solo sirve para tratar áreas pequeñas.
Depilación termoquímica:
No es un método de los más populares, aunque sí es utilizado en algunas ocasiones por ser cómodo e indoloro. Se trata de un método que degenera y atrofia las células de la raíz hasta conseguir la desaparición del pelo. Para que sus resultados sean efectivos deben reunirse varios factores como: la fisiología del pelo que se vaya a someter al tratamiento y los factores hormonales.
Se realiza en centros de estética donde deben contar con un producto químico con actividad tricoatrófica, un sistema de termoterapia y un sistema mecánico de eliminación del vello, como puede ser la cera, preferiblemente de baja temperatura de aplicación.
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